En esta tercera parte sobre la familia centrada en Cristo, quiero seguir contestando la pregunta: ¿Cómo es una familia centrada en Cristo?
3. Centramos nuestra familia en Cristo cuando confiamos plenamente en Cristo. (Hebreos 11:2) “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Con claridad podemos ver que al decir puestos los ojos, se refiere a estar concentrados o centrados en Cristo.
Una familia confía plenamente en Cristo cuando dejan que El sea la cabeza del hogar. (Efesios 1:22) “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia” Nuestra primera iglesia es la familia y nuestro primer templo es nuestra casa. Cristo es la cabeza del hogar si El tiene las funciones de la cabeza como en el cuerpo humano, que son: gobernar, dominar, dirigir, interpretar, decidir, ordenar. En la cabeza está el cerebro que es el órgano vital para la vida. Está conectado con todo el cuerpo y hace que todos los órganos funcionen. Así debe estar Dios siendo el Centro de toda nuestra familia, El es vital para la vida de la familia y hace que todo funcione. El resto del cuerpo representa a la familia. La pregunta es: ¿Es Cristo el centro de tu familia? ¿Está tu familia conectada a la cabeza que es Cristo? ¿Está Cristo gobernando, dominando y dirigiendo tu familia? ¿Está Cristo decidiendo en tu familia? ¿Está Cristo interpretando o definiendo en tu familia? Si es así, significa que, confían tanto en El, que le han dado las llaves de la casa para que disponga como quiere. Esto es verdadera confianza en Dios.
Una familia confía plenamente en Cristo cuando pone todas sus cargas sobre El. Desde las más pequeñas hasta las más grandes. Cuando tienen problemas no buscan soluciones temporales, no buscan soluciones culturales, no buscan soluciones populares. Si no que buscan a Dios en Su palabra, en oración y ruego. Si tienes problemas familiares, no necesitas pastillas para dormir, medicina para relajarte, o consultas costosas con parapsicólogos, psíquicos, o brujos, tampoco confíes en amuletos u objetos de la buena suerte. Lo único que necesitas es poner tu confianza plenamente en Jesucristo, el Hijo de Dios y veras resultados gloriosos y sobrenaturales en la vida de todos los miembros de tu familia. (Romanos 10:11) “Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”. Los resultados de esta confianza plena en Dios el siguiente verso lo explica por si solo (Jeremías 17:7, 8) “7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”
Que Dios te bendiga mucho, oro por ti sin conocerte y debes saber que Dios está cerca de ti con todo su amor para sanarte y bendecirte.