AYUDANDO TE AYUDAS

Se cuenta que Sundar Singh, el famoso Indostán, en uno de sus viajes atravesó unas montañas, acompañado de un tibetano. En un día sumamente frío, nevaba copiosamente y a los dos hombres les resultaba casi imposible avanzar por estar casi congelados, les pareció que no sobrevivirían a aquella terrible experiencia. Transcurrido algún tiempo llegaron al borde de un precipicio y vieron allí a aun hombre que había resbalado por el despeñadero y yacía tendido, moribundo sobre una saliente de roca.

Sundar propuso transportar al pobre hombre a un lugar seguro, el tibetano se negó a colaborar, alegando que lo único que podrían hacer sería tratar de salvarse ellos mismos, con lo que continuó  la marcha dejando atrás a Sundar. Luego de muchas dificultades Sundar Singh logró hacer subir al moribundo por la ladera de la montaña. Lo cargó sobre sus hombros, e inició la durísima marcha con su pesada carga a cuestas.

Poco después se topó con algo que lo consternó, el cadáver de su acompañante tibetano. Había muerto congelado.

Sundar siguió adelante, indesmayable, y poco a poco el hombre agonizante al entrar en calor por la fricción de su cuerpo con el de su auxiliador, empezó a revivir; Sundar igualmente entró en calor, a raíz de los esfuerzos que realizaba. Por fin llegaron a una aldea y se pusieron a salvo.

Con el corazón lleno de regocijo Sundar bajó al moribundo, recibió ayuda de los aldeanos y los dos estuvieron bien. Sólo recordaba tristemente a su amigo tibetano que había tratado de salvar su propia vida y la perdió. Sundar Singh estuvo dispuesto a perder su vida por otro y en el proceso la salvó. A esto llamo: perder para ganar.

Amigo, sabes que muchas veces lo mejor que puedes hacer para superar y olvidar tus problemas es ayudar a otras personas a resolver los suyos.

¡Hoy busca a alguien a quien ayudar, y ayúdalo! y tus problemas se resolverán también. Hazlo hoy, porque ¡Hoy es tu mejor día y mañana será mucho mejor!