La familia es nuestro activo y nuestra empresa más importante. La familia es la institución que representa a Dios en la tierra. Es nuestra primera iglesia y nuestra primera misión de vida.
Por estas razones debemos cuidarla y alimentarla. Debemos desarrollarla en la manera como Dios lo planeó. Para esto la familia debe estar centrada en Cristo. ¿Cómo es una familia centrada en Cristo?
1. Centramos nuestra familia en Cristo cuando la fundamentamos en la Palabra de Dios. (Juan 14:23) “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Jesús nos enseña que si enseñamos en nuestra casa a guardar Su palabra El vendrá con Su Padre y morarán con nosotros en nuestra casa. Que bendición más grandiosa, que Dios mismo nos promete venir y habitar con nosotros. Para que esto suceda, necesitamos guardar Su Palabra, esto significa: leerle a nuestros hijos la Palabra de Dios todos los días especialmente a la hora de dormir si están pequeños. Ayudar a nuestros hijos a memorizar las Escrituras. Debemos comprar a cada integrante de la familia su propia Biblia, y debemos vivir de acuerdo a ella dándoles el ejemplo de una vida centrada en sus enseñanzas.
Guardar Su Palabra significa también, guardar lo que en ella está escrito: sus mandamientos y su voluntad. La palabra guardar no tiene que ver con ocultar o esconder sino con “conservar” y conservar significa: “Hacer que una cosa se mantenga en buen estado, guardándola en determinadas condiciones o haciendo lo necesario para que así sea”. Así debemos desarrollar las condiciones y hacer todos los esfuerzos para conservar las Escrituras en nuestro corazón y en el de nuestros hijos.
Recuerdo la historia del joven soldado que al ir a la guerra, sus padres le dieron un Nuevo Testamento, de esos que traen el libro de Salmos al final. En plena batalla el soldado es herido y cae a tierra, pero se levanta al instante al ver que la bala no penetró su cuerpo. La bala le cayó en el pecho exactamente donde tenía el Nuevo Testamento en el bolsillo de la camisa y este librito había detenido la bala salvándole así la vida. Al abrirlo para sacar la bala, ésta había llegado exactamente hasta la página donde dice: “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará” (Salmos 91:7). Guarda la Palabra de Dios en tu corazón y ésta guardará tu vida.
La próxima semana continuaré con la segunda parte de este artículo. Dios te bendiga mucho y es mi oración que Dios te ayude con la sabiduría necesaria para hacer de tu familia una familia de éxito, centrada en Cristo.