Quiero contarte de un joven que decide irse de la casa, el papá tenía mucho dinero, éste era hijo único. El padre al irse su hijo, contrató a un hombre para que le sirviese.
Al cabo de muchos años, el padre millonario murió. Y el hijo, que vivía en otro país, al enterarse, regresó para ver qué le había dejado su padre.
El abogado, al leer el testamento frente al hijo y al criado, dice: “Bueno, aquí dice que el señor deja toda su cuantiosa fortuna al criado; y para el hijo dice que escoja cualquier cosa que le haya pertenecido a su padre, y eso será suyo”.
El hijo pensó: “si sólo puedo escoger una sola cosa, voy a escoger la mas valiosa” Luego dice: “Abogado, ponga ahí que escojo la casa de la ciudad” y cuando el abogado iba a escribir, el hijo le dice: “Espere un momento. Mejor escriba ahí, la finca, porque la finca es más valiosa” Y cuando el abogado, iba a escribir, una ves mas es interrumpido: Espere, déjeme pensarlo, porque mi padre tenía muchas propiedades, y voy a escoger la mejor:
Inclinó su cabeza, pensó unos minutos. Luego se le iluminaron los ojos y dijo: “!Muy bien, yo escojo al criado!” El se dio cuenta que si escogía al criado, que ahora era dueño de toda la fortuna de su padre, él se hacía automáticamente dueño de la fortuna también.
Amigo, hay que hacerse dueño del criado para ser dueño de toda su fortuna.
Aduéñate de ti mismo, de tu carácter, de tus pensamientos y de tus oportunidades.
Deja de ser dueño del ocio, de la depresión, o del pesimismo, porque también serás dueño de sus consecuencias.
Mejor se dueño de la fortaleza, se dueño del trabajo y de la disciplina, y verás como eres dueño de toda su fortuna.
Hazlo ya, ahora, porque ¡Hoy es tu mejor día y mañana será mucho mejor!